Importancia de Analizar la Calidad del Agua de Riego en la Agricultura

Importancia de Analizar la Calidad del Agua de Riego en la Agricultura

La calidad del agua de riego tiene un impacto directo en la productividad de los cultivos y en las propiedades físico-químicas del suelo.

La calidad del agua de riego es un factor clave que no solo define el rendimiento inmediato de los cultivos, sino que también condiciona la salud y la estructura del suelo a largo plazo.

Su análisis detallado es esencial para identificar riesgos potenciales y evitar problemas como la salinización, la sodificación, el bloqueo de nutrientes y la toxicidad, que comprometen la producción y la sostenibilidad del sistema agrícola.

A continuación, se describen los principales problemas asociados al uso de aguas de baja calidad:

  1. Salinidad
    El uso de aguas con alta conductividad eléctrica (CE > 2 dS/m) incrementa la CE del suelo, generando estrés osmótico en las plantas y dificultando la absorción de agua. Esto puede reducir la productividad de cultivos sensibles como trigo, soja, maíz o leguminosas en un 20-50%, dependiendo del grado de sensibilidad y las condiciones del suelo.
  2. Sodificación
    Un alto porcentaje de sodio en el agua (expresado como RAS, Relación de Adsorción de Sodio) provoca el desplazamiento de cationes como Ca²⁺ y Mg²⁺ en los complejos de intercambio del suelo, generando dispersión de arcillas, compactación, disminución de la infiltración (hasta un 50% en suelos arcillosos) y reducción del crecimiento radicular. En suelos con baja saturación de calcio (<50%) y RAS > 10, la sodificación puede manifestarse en solo 1-2 campañas.
  3. Bloqueo de Nutrientes y Alteración de la CIC
    La presencia elevada de bicarbonatos (HCO₃⁻) en el agua puede precipitar Ca²⁺ y Mg²⁺ como carbonatos, reduciendo la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) efectiva del suelo y limitando la disponibilidad de nutrientes esenciales. Este fenómeno es más crítico en suelos arenosos con baja CIC, donde los efectos se manifiestan más rápidamente, mientras que en suelos arcillosos, aunque poseen mayor capacidad buffer, aumenta el riesgo de compactación bajo riegos continuos con aguas sódicas o salinas.
  4. Toxicidad Específica
    Iones como cloruros, boro o metales pesados pueden acumularse en el perfil del suelo y provocar efectos fitotóxicos en los cultivos, como quemaduras foliares, clorosis o reducción del crecimiento.

Un análisis riguroso del agua de riego es clave para prevenir procesos de degradación del suelo y garantizar una nutrición balanceada en los cultivos. La evaluación de parámetros como CE, RAS, concentración de bicarbonatos, cloruros y boro debe integrarse a la planificación agronómica para evitar pérdidas de rendimiento y deterioro de la estructura del suelo.

 

Fuentes: